La ubicación es excelente, justo en una intersección principal que facilita el acceso al transporte público y está a pocos minutos de la estación de tren. La limpieza de la habitación se realizaba a diario, lo que me sorprendió gratamente. Además, el aire acondicionado funcionaba perfectamente, lo que fue un alivio dado el calor. La amable atención del personal hizo que nuestra estadía fuera más agradable.

Sin embargo, las escaleras son empinadas y pueden ser un inconveniente para quienes llevan mucho equipaje.

el hostal Santa Ana fue una experiencia desastrosa. La habitación, diminuta y con camas juntas, no ofrecía comodidad y me sorprendió la falta de un trato amable, que esperaría por el precio excesivo. Solo deseaba una atención especial para compensar la incomodidad, pero claro, eso es pedir demasiado aquí. No puedo creer que casi escribí una buena crítica, pero simplemente no pude.

El trato del personal es excepcional.

El Hostal Santa Ana tiene una zona común acogedora y una limpieza diaria que me sorprendió. La atención del personal siempre fue cálida, hicieron que nuestra estancia fuera agradable. Para descansar un par de noches, es aceptable, pero podría mejorar la insonorización.

la señora del hostal nos trató como familia, muy acogedor. las habitaciones son pequeñas.

buen lugar pero con algunos detalles mejorables

La limpieza de la habitación fue impecable durante mi estancia, algo que realmente aprecio. El aire acondicionado funcionó perfectamente, lo que fue un alivio dado el calor. Además, el trato del personal fue excepcional, siempre amables y dispuestos a ayudar.

La falta de ascensor puede ser incómoda para quienes llevan mucho equipaje.

Las habitaciones cuentan con baño privado, lo cual es un alivio, y tienen aire acondicionado que funcionó perfectamente durante mi estancia. La limpieza de la habitación fue diaria, lo cual sorprendió y resultó bastante positivo, aunque entraron sin avisar en algunas ocasiones.

Las paredes parecen de cartón. se escucha todo lo que sucede en las habitaciones aledañas, lo que afectó el descanso varias noches. Las habitaciones son pequeñas y el mobiliario está bastante anticuado, lo que le resta comodidad. El aparcamiento es complicado, ya que se indica un lugar que puede no ser práctico para muchos. Además, la zona es ruidosa, sobre todo si tu habitación da hacia la rotonda.

Tuve una estancia muy agradable en el Hostal Santa Ana. Las habitaciones son pequeñas pero cuentan con aire acondicionado y WiFi. La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. La limpieza diaria fue un gran plus, y la disponibilidad de agua caliente fue excelente. Además, hay una cafetería justo enfrente donde se pueden disfrutar unos panes deliciosos, ¡qué gozada!

Las escaleras son un poco empinadas.

Si tienes problemas para aparcar, consulta al personal, pueden ayudarte con recomendaciones locales muy útiles.

Una experiencia básica pero con sorpresas.

La habitación fue pequeña y algo ruidosa, pero el personal fue atento al proporcionarnos una mesa adicional. Aprovechen la cafetería al frente. ¡los panes están deliciosos! Eso sí, controlen el aire acondicionado si no quieren sorpresas. En general, un lugar sencillo para estancias cortas.

Estancia muy agradable. Atención del personal de primera, siempre con una sonrisa. Limpieza a diario, lo cual se agradece bastante. Solo hay que tener cuidado con las escaleras, son un poco empinadas. Ubicación buena, con un super y bar justo enfrente.

La comida aquí es un verdadero festín! Los postres son de otro mundo, y la cafetería al frente tiene unos panes que quitan el sentido. Además, el trato de Ana y su familia es realmente encantador, siempre atentos y pendientes de todo.

Aunque el ascensor brilla por su ausencia y las escaleras pueden ser un rollo con maletas pesadas, aún así, el buen rollo con Ana hace que valga la pena.

El Hostal Santa Ana, en San José de La Rinconada, tiene algunas cosas buenas, pero también áreas que necesitan atención. La ubicación es favorable, a solo 11 km de Sevilla, lo que facilita el acceso al centro. La dueña, Ana, nos ayudó a encontrar un buen lugar para aparcar, lo que fue un plus. La limpieza es diaria, lo que me sorprendió, pero a veces entran a la habitación sin avisar, lo cual no fue muy cómodo. La habitación, aunque pequeña, tiene aire acondicionado y baño privado, pero el mobiliario es anticuado y la cama se siente incómoda. No hay ascensor y las escaleras son largas, así que es algo a considerar si llevas mucho equipaje. La cafetería que está al frente ofrece unos panes riquísimos, así que si te gusta el desayuno, puedes disfrutar de eso. En general, para un par de noches puede ser aceptable, pero no esperes mucho descanso debido al ruido externo y la incomodidad de la cama. En resumen, es una opción económica si estás dispuesto a sacrificar algunas comodidades.